miércoles, 11 de julio de 2007

"En el temblor de la visiones", de Valentín Amaro



Por José Acosta

"Levántate y anda", y el cadáver se levantó y ante él apareció el camino terrenal, recipiente de las huellas, y el camino temporal, recipiente de las horas. Y la «hora», en el poemario En el temblor de la visiones, de Valentín Amaro, es una llave que abre todos los espacios, repletos de imágenes que se abren "como lagartos", y de ese "yo" del poeta que es un "espantapájaros que anhela el cielo", un "perro hambriento que lame una estatua húmeda". Como una queja, el poeta descubre que "a esta hora, el atalaya de la torre no está", y es que muchas veces, bajo nuestras visiones, el tiempo (la hora) no marcha a la par de lo terreno (el atalaya). Entonces, "en el insomnio/ cargado de horas/ (aparecen) las preguntas punzantes:/ ¿Qué hacer cuando la máscara se cae?".
El poeta descubre que en el hastío, la "hora" es un trozo de eternidad, que enfrenta al hombre a su propio vacío. Y en esos momentos saturado de "un mutismo de horas infinitas", el poeta se pregunta: "¿Qué hacer con el fétido aliento/ de las horas?". Ese desencanto, ese abatimiento, el poeta lo manifiesta en los siguientes versos: "Otra vez/ el sonámbulo andar de la parda/ agonía de saberse vivo/ con el mensaje a cuestas/ y la prisa de las horas/ insistentes, oblicuas/ cayendo".
En el temblor de la visiones es un libro envolvente, sutil, nebuloso, que al leerlo se tiene la sensación de haber pasado por las calles de una ciudad en ruina, hasta llegar a sitio seguro "en la hora feliz de las luciérnagas". Por el manejo del lenguaje, rico en imágenes plásticas y sonoras, por la atmósfera que logra a través de sus versos, Valentín Amaro alcanza con este poemario un sitial relevante en la poesía dominicana de este principio de siglo.
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JOSE ACOSTA, (Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 1964). Escritor y agrónomo, reportero del rotativo neoyorquino EL DIARIO/LA PRENSA. Con su primer libro Territorios extraños, ganó el Premio Nacional de Poesía de su país en 1993. Con Destrucciones obtuvo el Premio Internacional de Poesía "Odón Betanzos Palacios" de Nueva York, en 1998. En el 2000, a su libro de cuentos El efecto dominó se le otorgó el Premio Nacional Universidad Central del Este. En el 2001 ganó el premio único de cuentos, en el Concurso Internacional de Cuentos de Pecx, una organización colombiana de Nueva York. En el 2004, su poemario El evangelio según la Muerte obtuvo el Premio Internacional de Poesía "Nicolás Guillén", de México. En el 2005, ganó los premios nacionales de novela y cuento que otorga anualmente el gobierno dominicano a través de la Secretaría de Estado de Cultura. En 1999, el gobierno dominicano reunió su obra poética en la Colección Fin de Siglo.


2 comentarios:

XAVIER DUARTE ARTIGAS dijo...

PORTAS EN LAS ENTRAÑAS DE TUS SINGULARES HORAS UN MENSAJE, ESO TE DUELE, COMO LE DUELE A TODOS LOS LEALES CULTORES DE LAS ARTES. ES LÁSTIMA QUE QUE NOS PRIVEMOS DE TU POESÍA, DE LA EMOCIÓN QUE ELLA SEGURAMENTE ENGENDRA.
UN ABRAZO DE XAVIER

Valentín Amaro dijo...

Apreciado Xavier:

Gracias por la lectura.
Pronto estaré subiendo algunos poemas.

Valentín Amaro